De un lado todo transcurrió con normalidad. El cantante llegó al aeropuerto, como siempre con su sudadera y la correspondiente gorra de béisbol.
El mismo escribió en Twitter su entusiasmo por el concierto son un simple y sencillo “suena divertido”.
Quienes no se divirtieron tanto fueron sus fans que después de esperar durante horas no pudieron ver ni de lejos a su ídolo que se escapó por la “puerta trasera” de aeropuerto para no estar cerca de sus adorados fans o luego, más tarde, ya en el concierto cuando muchos de ellos no pudieron acceder al recinto, después de haber comprado y pagado, sus entradas, sino entregando sus pancartas de admiración hacia su queridísimo Justin. Y es que muchas veces los fans son un poco masoquistas cuanto peror los tratan sus ídolos más los adoran.
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