Aunque lo pensara, ni siquiera el famoso cantante canadiense está por encima de la ley.
Justin Bieber puede ser una superestrella del pop y vender millones de discos, pero eso no significa que pueda estacionar su auto donde le venga en gana. El novio de Selena Gomez se encontraba en Beverly Hills durante el día de Pascua cuando estacionó su auto en una zona prohibida.
Un agente de la policía local se acercó entonces hasta el cantante de "Baby" para explicarle que había infringido las normas y que debía mover su auto deportivo valorado en más de $116.000.
Justin, que iba vestido como un gangster de los años 80, con blazer blanco y gorro, obedeció al agente y desplazó su carro para no molestar a otros conductores. A pesar de todo se ve que el policía era fan de canciones como "Never say never" y le sonrió en todo momento. Justin después pudo ser libre para reunirse con Selena Gomez en alguno de los exclusivos clubs de la zona.
Aun así, está muy bien que el policía se encarara con el cantante y no le dejara saltarse la ley simplemente por ser una persona tan conocida. La Ley es la misma para todos y además Justin Bieber debe dar ejemplo, como de hecho ya hace, con muchos jóvenes.
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