Su máximo hit 'Baby' deja claro la simplicidad de su música con respecto a la obra del reconocido compositor alemán.
Uno es canadiense y el otro alemán. El primero goza de las miles de la fama y la riqueza, el otro murió a los 56 años siendo un genio incomprendido para su época y en la total pobreza. Son Justin Bieber y Ludwig van Beethoven, cuyas obras han sido comparadas para dejar claro la simplicidad y complejidad de sus respectivas aportaciones a la música.
En Twitter circula una comparación de una partitura de Beethoven al lado de la del hot mundial de Bieber, Baby, que vendió millones de copias y fue compuesto por cuatro personas (Christopher Tricky Stewart, Terius The-Dream Nash, Christina Milian, Ludacris y el joven cantante canadiense de entonces 16 años).
Atrapado en los clásicos
Según lo reproduce la edición online del diario español ABC claramente se observa que la partitura de Bieber es infinitamente más simple que la de Beethoven. Pero el compositor germánico murió en la miseria, asolado por las deudas, incluso tras estrenar con éxito su Novena Sinfonía, apenas tres años antes de que muriera, pobre y sordo, el 26 de marzo de 1827.
Paradójicamente en pleno Siglo XXI, Bieber, por el contrario, tiene una fortuna estimada en más de 65 millones de dólares y tan sólo su éxito Baby ha sido reproducido a la fecha en YouTube más de 932 millones de veces.
Incluso un artículo publicado en el periódico británico The Observer establecía que Bieber tiene más influencia en las redes sociales incluso que Barack Obama o el Dalái Lama.
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