Un presidiario contrató a una hombre en libertad para que secuestre, castre y asesine a Justin Bieber. El detenido confesó que iba a recibir una buena cantidad de dinero por todo el trabajo.
Por solo un testículo del canadiense, Mark Staake recibiría $2,500. Los criminales estuvieron intentando contactarse por correo con Justin Bieber, ya que así obtendrían mayor información. De la misma manera, se secuestraría y aniquilaría también a su guardaespaldas.
Mark Staake fue detenido junto a su sobrino. El encargado de dar las órdenes sigue en prisión, cumpliendo una condena por violación a una adolescente.
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